El buen momento del turismo en España -sin olvidar el tirón del consumo interno- está siendo el motor fundamental para el crecimiento del sector de la hostelería. Gastronomía y bebidas espirituosas representan una parte fundamental de la oferta turística y contribuyen a romper año a año las barreras en el número de visitantes extranjeros. De hecho, los turistas que anualmente visitan nuestro país gastan el 13% de su presupuesto en bebidas alcohólicas, de las que su mayoría son bebidas espirituosas. Tras los descensos en su consumo de los últimos años, los últimos meses han representado un punto de inflexión en ese decrecimiento con la recuperación, aunque no de todos, de ciertos segmentos muy ligados a determinados momentos de consumo. El gasto total en consumo alimentario fuera del hogar durante el año pasado, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ascendió a 31.994 millones de euros -lo que supuso un incremento del 1,2%, el primero de los últimos siete años- gracias al aumento en un 0,8% de las visitas a los establecimientos de restauración, pese a mantenerse estable el gasto medio por comensal: 4,85 euros, un 0,4% por encima del año anterior. Sobre ese total las bebidas espirituosas aportaron una participación en volumen del 2,8%, mientras que en valor su aportación fue del 20,7%, más de 6.620 millones de euros.

El consumo de espirituosas sigue siendo mayor en el canal de hostelería que en el de alimentación: alrededor de un 60%, según datos de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), se realiza en Hostelería y Restauración. Consumo que durante el pasado ejercicio se incrementó, tras años de descensos, en un 4%. Así, en 2015, volviendo a los datos facilitados por el Mapama, el consumo total de bebidas espirituosas fue de 2,65 litros por persona y año, de los que 1,80 litros fueron consumidos fuera de los hogares.

710 euros en alcohol por persona al año

El gasto por persona en consumo de alcohol en España en 2015 fue de 709,49 euros, un 20% más que el año anterior y con un crecimiento acumulado del 17% desde 2010, según el estudio “El gasto en tabaco y alcohol y juego 2016” -realizado por EAE Business School- que analiza su consumo en las principales economías mundiales, así como en los hogares españoles por Comunidades Autónomas.

En volumen, España ocupa la zona media a nivel mundial con un consumo de alcohol por habitante de 102 litros, prácticamente estable respecto al año anterior, lo que supone que cada español bebe 1,96 litros de alcohol a la semana, por encima de países como Suecia, Italia, Portugal o Francia, pero por debajo de economías como Finlandia, Reino Unido o Alemania.

Al analizar la situación por Comunidad Autónoma, el estudio de EAE muestra que son baleares, gallegos, catalanes, asturianos y vascos los que más gastan en bebidas alcohólicas. En el lado contrario, los que menos gastan en consumo de alcohol son extremeños, canarios y castellano manchegos. En el último año, donde más aumentó el gasto medio por habitantes fue en Galicia (25,38%), Baleares (23,67%) y Asturias (16,67%), mientras que el mayor descenso se produjo en Navarra con una caída del 10,42%. En cuanto al perfil medio del consumidor de alcohol en España es el de un hombre de 65 años o más, y con estudios universitarios de 2º y 3er ciclo.

De acuerdo con el informe elaborado por EAE, checos, alemanes, rumanos e irlandeses son los mayores consumidores de alcohol en el mundo, con 169, 144, 138 y 137 litros por habitante respectivamente. El lado opuesto, con las cifras más bajas, lo ocupan India, China, Grecia y México, con consumos por habitante de 5, 53, 53 y 61 litros respectivamente.

En gasto por habitante, los que más invierten son irlandeses, australianos, finlandeses e ingleses, con 1.571,84, 1.163,78, 982,14 y 960,72 euros, respectivamente, y los que menos gastan en bebida son indios, chinos, mexicanos y brasileños, con 26, 131,13, 205,24 y 206,72 euros.

Vodka, whisky y vermú se unen a la ginebra

La evolución de los últimos meses del consumo de bebidas espirituosas en el canal de hostelería permite observar una recuperación de ciertos segmentos a nivel anual (con datos para el TAM junio 2016). Edurne Uranga, directora del Área Out of Home de Kantar Worldpanel, afirma que esa mejoría se ha hecho notar “no solo en la ginebra –que sigue creciendo y siendo uno de los segmentos más dinámicos- sino también en otras bebidas como el vodka, que aumenta un 4%, el whisky, un 1%, o el vermú. Las cuatro están en positivo y cada vez van ganando más peso. De hecho, seis de cada 10 consumiciones, el 60%, se hacen de alguno de estos cuatro tipos de bebidas espirituosas”.

Para ese periodo (TAM junio 2016), el número de consumiciones anuales por bebidas lo encabeza la ginebra con 82,8 millones (+4%), seguido por el ron con 63,7 millones (-8%), el whisky con 54,7 (+1%), el vermú con 45,3 (+2%) y el vodka con 11 millones (+4%).

Ginebra, vodka, whisky y vermú ganan peso. De hecho, seis de cada 10 consumiciones son de alguno de estos cuatro tipos de bebidas

Como se ve, dentro de las bebidas más consumidas la única que no consigue crecer es el ron (-8%). Este decrecimiento es producto básicamente “de un tema de target”, afirma Edurne Uranga. “La considerada ‘bebida más joven de todas’ está sufriendo justamente la inactivación de sus principales consumidores, lo que está incidiendo negativamente en la evolución de la categoría que no consigue subirse a la tendencia positiva de las demás”, argumenta.

De esta forma, la ginebra se consolida como el principal segmento -el 43% de los bebedores la consume en alguna ocasión- y vodka, whisky y vermú ganan peso fruto de las innovaciones que se han ido introduciendo en el mercado. El ron, por su parte, pese a esa trayectoria negativa continúa siendo el segundo segmento en cuanto a penetración (número de bebedores).

En cualquier caso, y pese a esa buena trayectoria en la tendencia interanual, la directora del Área Out of Home de Kantar Worldpanel se muestra cauta ya que “el principio de 2016 no ha sido bueno. En general no se ve una reactivación, sino más bien una ralentización del crecimiento en línea con la evolución del total del consumo fuera del hogar”. Pero con una matización: “Esa ralentización tiene su origen en el consumidor español -la confianza no está evolucionando tan bien como se esperaba-, mientras que el consumo del turismo extranjero está ganando peso”.

Después de cenar... y en el aperitivo

Respecto a las tendencias de consumo de bebidas espirituosas, el momento principal sigue siendo el de después de cenar con prácticamente el 49% de todas las consumiciones. Aunque su tendencia es negativa, ya que excepto la ginebra, el resto de las bebidas espirituosas están perdiendo ocasiones de consumo tras la cena. “No es un tema de que se beba menos whisky o menos ron –aclara Edurne Uranga-, sino que se beben menos espirituosas después de cenar”.

Después de cenar es el principal momento para el consumo de bebidas espirituosas, pero la tarde gana peso y ya supone el 30% del total de las consumiciones

Esa caída en el consumo tras la cena está siendo compensado por otros momentos que ganan ocasiones de consumo. “Es el caso de la tarde, que recoge el 30% del total de las consumiciones, y el momento aperitivo, que lo hace en un 15%. Estos dos son los que mejor están evolucionando, y de hecho todos los lanzamientos, reposicionamientos y comunicaciones que se van haciendo hacia este consumo menos nocturno y más diurno es hacia donde vemos que va a ir girando el mercado. Elegimos diferente bebida según el momento, por lo que trabajar la oferta adecuada se convierte en pieza clave para asegurar el crecimiento”, señala Uranga.

¿Y cuál es el motivo de ese trasvase? La razón se basa en que la recuperación del consumo de bebidas espirituosas se centra en la del perfil más afín a su consumo en el canal de hostelería: hombre adulto de más de 50 años. Y también a que se elige la bebida dependiendo del momento de consumo, lo cual perjudica al ron porque, además de un público más joven, su momento de consumo más importante es en el de después de cenar. “La suma segmento+target+momento –comenta Edurne Uranga- es hacia donde está yendo el mercado. Todo lo que se adapte a ese momento, está teniendo una evolución positiva. Teniendo en cuenta también una cuestión, y es que los momentos de consumo ya no son tan estancos, sino que el momento tras la comida se está alargando hasta prácticamente la cena. Y aunque el momento nocturno sigue siendo el más importante en el consumo de bebidas espirituosas, su tendencia es negativa”.

Por otra parte, también hay que apuntar algunas otras tendencias –aunque no son nuevas- que, como en el caso de la ginebra que siempre ha sido una bebida de senniors, con los lanzamientos e innovaciones que se han ido haciendo durante los tres últimos años se ha incrementado su consumo en targets más jóvenes (de 35 a 50 años), con lo cual están ampliando su posicionamiento.

Locales de día

Esta tendencia conlleva también una variación positiva en cuanto a la distribución de las consumiciones para los establecimientos que se centran en el día, como es el caso de los bares y cafeterías que incrementan su cuota en alguna décima en detrimento de restaurantes, discotecas y pubs, más asociados al consumo nocturno. En cualquier caso, discotecas y pubs siguen teniendo un peso muy importante en la distribución de bebidas espirituosas con una cuota que supera el 40% del total.

Y ese trasvase en el consumo hacia los momentos diurnos conlleva el que, según datos de la consultora Nielsen a partir del Panel de Hostelería, se vuelvan a abrir bares: un 3,6% más en 2015, con una previsión de crecimiento del 1,5% para este año. En este sentido, según del director general de Nielsen Iberia, Gustavo Núñez, “hay dos buenas noticias para la hostelería: que los españoles cuando ven que su bolsillo está algo mejor, enseguida vuelven a salir, y que el turismo que se mueve mucho en la calle está en cifras de record. Sin embargo, hay retos, especialmente para la hostelería tradicional, para el bar de siempre, que debe responder a un consumidor conectado permanentemente, que busca precio y experiencia, se informa previamente en Internet y comparte su impresión después en redes sociales y quiere que le sorprendan. Ya no pide una cerveza o un refresco, pide que le aporten valor y calidad/precio”.

Puede leer el informe de mercado completo en el nº 64 de Revista Hostelería.