Revista
El nuevo restaurante Quinqué abre en el barrio de Chamartín de la mano de dos jóvenes chefs con una trayectoria profesional muy respetada en el circuito gastronómico, Carlos Griffo y Miguel García.
Carlos Griffo comenzó su aprendizaje con el asturiano Nacho Manzano en “Ibérica” -su proyecto londinense-, donde aprendió a mimar el producto y a elaborar -entre otras cosas- sus famosas croquetas. Tras dicha experiencia volvió a nuestro país para continuar su formación en “Quique Dacosta” durante el periodo en que conquistó las tres estrellas Michelín. “Casa Marcial” , “Streetxo” de Daviz Muñoz, “La Bien Aparecida” y “Bibo Madrid” de Dani García, -donde llegó a ser jefe de cocina-, completan un curriculum merecedor de todos los elogios.
La trayectoria de Miguel García corre casi paralela a la de Carlos: dejó su Venezuela natal para cocinar en el Catering Manzano de “Casa Marcial”, donde conoció a Griffo. Ya en Madrid pasó por los fogones de “La Bien Aparecida” y fue segundo de cocina en “Bibo Madrid” trabajando mano a mano con Carlos, lugar en el que ambos fraguaron la idea de abrir su propio local para acercar la buena mesa a todos los públicos.
La carta de Quinqué se basa claramente en la estacionalidad, lo que les lleva a cambiar la mayoría de sus platos cada mes en función de la temporada y a ofrecer numerosas sugerencias fuera de carta. La gran mayoría de los platos se ofrecen en medias raciones y se puede elaborar un menú especialmente dedicado a degustar varios platos de la carta, en raciones más pequeñas, un menú personalizado a modo de degustación.
La carta de vinos es corta pero muy seleccionada, para poder elegir entre las principales referencias españolas que mejor armonizan con los sabores y texturas de la casa.
Los desayunos de Quinqué son otro de los puntos fuertes del restaurante. Griffo y García se encargan personalmente de que la hora del desayuno se convierta en el momento más esperado de la mañana con una jugosa tortilla de patata, tostadas caseras y bollería seleccionada en compañía de zumo natural, cafés e infusiones.
Un local de grandes ventanales con dos espacios diferentes: una zona de barra y mesas informales para el desayuno, aperitivo o esas copas entre amigos y una sala de comedor con el toque joven y fresco aportado por los propietarios al decorar personalmente su restaurante consiguen un ambiente acogedor, cálido y nada encorsetado. Lámparas de aceite presiden cada mesa.