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Fedishoreca, Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración, alerta de que más del 90% de su actividad está paralizada, debido al efecto de cierre de los establecimientos de hostelería a causa del COVID-19. Así lo ha afirmado José Manuel Fernández Echevarría, director general de Fedishoreca.
"El ERTE por causas de fuerza mayor se revela como el instrumento más idóneo, ya que permite el ajuste temporal de las plantillas a la actividad y evita los despidos"
“El efecto es directo y vinculado a la propia actividad de sus clientes: hoteles, bares y restaurantes quienes han cerrado su actividad a excepción de un pequeño porcentaje: gasolineras, centros hospitalarios y pequeñas tiendas de alimentación”, según ha asegurado Fernández Echevarría. De hecho, los servicios programados no llegan al 10% de la actividad, según comentan desde la Federación.A su vez, Fernández Echevarría recuerda que se trata de un sector dominado por las pequeñas y medianas empresas, familiares en su mayoría. “Son empresas que están haciendo todo lo posible por mantener sus plantillas y que en un primer término están implementando medidas de flexibilidad laboral, adaptando plantillas a la demanda”.
Por ello, el director general de Fedishoreca señala que “el procedimiento de suspensión de contratos temporales y reducción de jornada (ERTE) por causas de fuerza mayor se revela como el instrumento más idóneo, ya que permite el ajuste temporal de las plantillas a la actividad y evita los despidos”. De esta manera, aseguran, “la vuelta a la actividad implicará la vuelta a trabajo de todos los profesionales”.
Además, la patronal sectorial considera y destaca que “la rapidez del procedimiento de suspensión de contratos por causas de fuerza mayor, es la clave para poder adaptarnos al nivel de actividad sin realizar despidos y permitir a las empresas de distribución su supervivencia para cuando se vuelva a la normalidad”.