Tras las medidas sanitarias adoptadas por las administraciones públicas por la extensión del COVID-19, se ha extendido una alarma social que está colocando al sector turístico español en una situación de emergencia.

De hecho, la limitación de la movilidad y la contención drástica de los viajes de reuniones, de negocio y de ocio ha acelerado la caída en las ventas y las reservas de las empresas turísticas hasta niveles nunca vistos en situaciones anteriores como el 11-S, el SARS, la gripe aviar o la caída de Lehman Brother, entre otros.

Según datos de la encuesta puesta en marcha por Exceltur desde el inicio de la propagación del virus, las caídas en las ventas de las empresas turísticas españolas se situaban, al cierre del pasado día 11 de marzo, en el -46,0%. Se trata de una cifra a la que se ha llegado en apenas 10 días, siguiendo un ritmo de caída exponencial día tras día, desde el -4,4% del 1 de marzo, momento en el que se inició la encuesta, pasando por el -11,6% del 4 de marzo y el -27,1% registrado el pasado 10 de marzo.

El sector turístico español perderá 18.825 mil millones de actividad directa + indirecta en el caso de que la crisis dure dos meses y 33.668 mil millones si dura cuatro

De mantenerse estos ritmos de caída y según los escenarios de duración del virus que ha hecho públicos el Ministerio de Sanidad, el sector turístico español, que representa el 12,3% de la economía española, perderá 18.825 mil millones de actividad directa + indirecta en el caso de que dure dos meses, y 33.668 mil millones si dura cuatro meses a lo largo de 2020.

Es reseñable, por tanto, el hecho de que ante esta situación las empresas turísticas requieren de instrumentos de flexibilización y ajuste proporcional de sus costes de mayor envergadura que las anunciadas, con el fin de evitar que lo que debe ser una crisis coyuntural se convierta en estructural y ponga en riesgo la viabilidad de miles de empresas.

Y es que está en juego una parte muy importante del tejido empresarial turístico español, que a día de hoy contabiliza 457 mil empresas y un valor del PIB de 157 mil millones de euros, según datos del INE. Por todo esto, Exceltur solicita al Gobierno que se active con la mayor urgencia, con carácter excepcional y mientras dure la propagación del virus, un segundo paquete de medidas.

El objetivo es evitar que lo que debe ser una crisis coyuntural se convierta en estructural y ponga en riesgo la viabilidad de miles de empresas

Estas medidas deben contemplar, en primer lugar, el facilitar el aplazamiento de pago sin coste de las cuotas de la seguridad social y el IVA para todas las empresas independientemente de su tamaño. Por otro lado, exige revisar la normativa de cálculo de los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades para reducir su cuantía adecuándolos a la liquidación real y suavizando así el impacto en la liquidez empresarial.

A su vez, pide al Gobierno flexibilizar al máximo la distribución del trabajo a lo largo del año, permitiendo el descuelgue temporal de los convenios, facilitando los procesos de adelantar vacaciones e introduciendo los llamados “días solidarios”. Al mismo tiempo, Exceltur ve necesario agilizar al máximo de días la gestión y aprobación de ERTES, algo imprescindible para evitar una mayor destrucción de empleo definitiva, sin que los trabajadores que pasen al ERTE consuman desempleo y las bonificaciones de las cotizaciones se aumenten al 100%.

Por último, exige ampliar la exigua dotación de la línea de crédito ICO de 400 millones de euros, al menos a 5000 millones de euros, aportando garantías temporales que faciliten a las empresas su acceso. Exceltur confía, por tanto, en el que Gobierno escuche sus peticiones y acceda a cumplirlas, en el ámbito de las acciones de la Unión Europea y las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo, con el objetivo de salvaguardar el tejido empresarial y el empleo turístico en nuestro país, así como de otros sectores de la economía española igualmente involucrados.