El nuevo Parador Costa da Morte abrirá sus puertas por primera vez el 25 de junio convirtiéndose en el número 98 de la cadena pública. Lo hará con los procedimientos estrictos de higiene y distanciamiento que ha establecido la hotelera en todos sus establecimientos para garantizar la seguridad de clientes y empleados en todas las instalaciones.

La reapertura de este establecimiento ha generado una gran expectación, por lo que está ya prácticamente completo para el verano con una ocupación del 98% para el mes de julio y del 93% para agosto, siendo el parador con mayor ocupación de toda la Red para el periodo estival.

El Parador de Costa da Morte se ubica en una parcela de 128.000 metros cuadrados sobre la Playa de Lourido, en Muxía, a escasa distancia del Cabo Fisterra. El autor del proyecto original fue el arquitecto gallego Alfonso Penela, que ideó un edificio construido en terrazas sobre la ladera con el foco en el cuidado del medioambiente y el respeto hacia el entorno. Así, su forma escalonada se adapta al desnivel del terreno, integrándole en la orografía. Además, para salvar la pendiente del terreno se han instalado dos ascensores panorámicos que se mueven en sentido diagonal.

Alberga 63 habitaciones, 54 dobles estándar, cuatro adaptadas a clientes con necesidades especiales y cinco suites, todas con vistas al océano

“Desde fuera parece más pequeño de lo que es, porque está enterrado hacia adentro, es decir, tiene profundidad. Hay 15.000 metros cuadrados de superficie habitable dentro del edificio. A lo que se le suman tres hectáreas de terreno que llega hasta el mar. No en vano, desde cada habitación se sale a distintos caminos que terminan en la playa. Este establecimiento se va a convertir en el parador más vanguardista de España, porque su arquitectura se integra completamente en el entorno. Todas sus cubiertas son vegetales, excepto la última, la superior, donde se mezclan diferentes materiales como cristal, zinc y maderas de bambú, haya y roble”, describe Julio Castro, director del nuevo parador.

Y es que su interior alberga 63 habitaciones distribuidas en diferentes plantas, todas con vistas al océano, 54 dobles estándar, cuatro adaptadas a clientes con necesidades especiales y cinco suites. Respecto a la decoración de cada estancia, ha tomado como inspiración las formas orgánicas, las piedras y la vegetación, creando diseños atemporales y sencillos, a la vez de acogedores, y cada una de las ellas ha sido bautizada con el nombre de un paraje de la zona cuya ubicación y leyenda se recogen en una carta náutica.

“El respeto del entorno está presente en toda la arquitectura del parador. Con el proyecto “Natura” hemos querido respirar el entorno, sentir la naturaleza, el aroma del mar y vivir su historia. Se han plasmado los diferentes conceptos, naturales y culturales de la geografía cercana, en especial Muxía, basándonos en lo que evoca cada estancia y las sensaciones que trasmite”, explican desde el estudio de diseño.

De esta forma, los materiales utilizados son el mismo tipo de piedra y madera de la propia estructura del parador, respetando los tonos neutros que ya forman parte de la propia arquitectura. La gama cromática utilizada en todo el proyecto cuenta con un hilo conductor que hace referencia a los elementos de Galicia, y a colores característicos de la zona, desde los colores del mar hasta la vegetación o los atardeceres.

Contará con energía solar para templar su piscina exterior y una compostadora que permitirá reutilizar como abono los desperdicios orgánicos del área de restauración

Las plantas que distribuyen las estancias del nuevo parador reciben los nombres de las cuatro rías de la Costa da Morte: Ría de Corcubión, Ría de Lires, Ría de Camariñas y Ría de Corme y Lage. Hay que destacar, también, el spa, que mira al Atlántico y cuenta con baño turco, sauna, jacuzzi, pilas de agua caliente y fría y solárium, así como una piscina infinity pool con muro final de cristal con vistas a la playa de Lourido.

Además, toda la electricidad que consume el alojamiento es de origen 100% renovable y sus habitaciones están libres de plásticos de un solo uso. Tanto en la cafetería como el restaurante no se usan vasos, botellas, cubiertos o pajitas de plástico. También contará con energía solar para templar su piscina exterior y una compostadora que permitirá reutilizar como abono los desperdicios orgánicos del área de restauración.

Asimismo, el parador alberga una colección de arte gallego con guiños a la artesanía de la comarca y a la fotografía, tanto histórica como actual. Algunas de las instantáneas plasman el paisaje de la migración y el sentimiento que conlleva. Otras llevan la firma de fotógrafos gallegos del siglo pasado, que se combinan con una fotografía más contemporánea, con piezas de Manuel Zendón y Xurso Lobato, como la famosa imagen del hundimiento del Prestige. También ha adquirido la obra de dos escultores contemporáneos como son Francisco Leiro y Álvaro de la Vega.

Por último, cabe mencionar que la hotelera pública ha querido celebrar la reapertura de todos sus establecimientos el 25 de junio con una oferta que permite reservar habitaciones desde 65 euros, alojamiento para dos personas para estancias desde el 25 de junio hasta el 31 de julio. Además, coincidiendo con el anuncio de la reapertura de todos los paradores, la cadena hotelera ha presentado la cuarta fase de su campaña de marca bajo el título “Veraneadores”.