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PiriPiri desembarca en Madrid con una propuesta inspirada en el auténtico frango para fora portugués. Así, los amantes de esta receta de la gastronomía popular lusa a partir de ahora podrán saborear este plato elaborado en su local del barrio de Lavapiés, concretamente en la calle Mesón de Paredes, 15, así como en sus domicilios.
El nuevo restaurante ofrece una propuesta gastronómica a precios asequibles inspirada en las costumbres de los icónicos locales portugueses de “frango para fora” o “pollo para llevar”. El concepto se basa en frango hecho al carbón acompañado de la salsa piri-piri y distintas guarniciones, a menudo para llevar a casa y para compartir. De ahí el término de “para fora” o “para fuera”.
El local se ubica en el barrio de Lavapiés, concretamente en la calle Mesón de Paredes, 15
La enseña solo trabaja con pollos seleccionados de alta calidad procedentes de Portugal, los cuales se diferencian de los que son más habituales en España por ser algo más pequeños, mientras que su carne es más fibrosa y compacta. Una vez abiertos, se maceran con una salsa especial de la casa que contiene varios ingredientes, entre ellos pimentón, para, a continuación, asarse a la brasa de carbón. Antes de servirse se barnizan con la salsa que el cliente escoja, de naranja, limón o la clásica piri-piri, y se corta en varios trozos para que sea más cómodo de comer.
La carta también incluye los sides o guarniciones entre los que destaca la Grelhada, una selección de verduras asadas al josper, las Patatas asadas con ajo y perejil, el Arroz Especial con cacahuetes y arándanos y las Patatas Fritas. Además, todos ellos están disponibles en dos formatos: individual, a un precio de 3,75 euros, o para compartir, por 4,50 euros.
A su vez, como una alternativa al frango perfecta para veganos o vegetarianos, está la La Chica de la Casa, una ensalada con mezcla de lechugas, canónigos y rúcula con calabaza asada, champiñones Portobello, tomates cherry y cebolla morada con aderezo ligero de limón y ajo.
Respecto a los postres, destaca los Pastéis de Nata, elaborados a diario por un obrador artesano, y la Tarta de Queso a las Brasas, inspirada en la receta del bar La Viña de San Sebastián pero cocinada, en este caso, a la brasa, lo que la otorga algunos matices ahumados que la diferencian.