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Ubicado en el corazón de la aldea de A Pousa, en la localidad de Padrón, a pocos metros de la Parroquia de Iria Flavia, los hermanos Vidal –entre ellos Manuel y Óscar– han convertido Asador O’Pazo en lugar para todos aquellos que disfrutan de la estacionalidad del producto y que valoran una ejecución a la parrilla. Con la reciente reforma de su lounge, el restaurante apuesta por invitar al comensal a conocer sus distintos espacios y de ese modo poder vivir su propuesta gastronómica en dos etapas.
En este nuevo lounge –decorado con mesas bajas de madera talladas a mano, en un guiño a la mesa de madera de magnolia de 500 años obra de Ramón Gestoso que preside la sala principal, y sillones retro de diferentes colores–, el fuego y la madera se fusionan en un ambiente cálido y envolvente. De este modo, da comienzo la primera etapa de una propuesta en la que Óscar, maestro parrillero y chef del restaurante, se encarga de la propuesta
El viaje en el lounge se inicia con la llegada de un carro que muestra la materia prima que se degustará a lo largo del menú, adaptándose cada jornada a la disponibilidad de los mercados locales y los proveedores de la zona. Desde la lamprea del Ulla a los chocos de Rianxo, pasando por la carne de vaca rubia gallega de su ganadería, cada producto refleja el compromiso y la apuesta de Asador O’Pazo por la sostenibilidad, la temporada y el producto de cercanía.
De este modo, este espacio se convierte en escenario de los primeros dos pases de ‘Rescaldo’ –menú degustación cuyo nombre alude a las brasas que persisten entre la ceniza una vez las llamas se apagan–, siendo esta la parte más desenfadada y que invita disfrutar de pequeños bocados de bienvenida en los que el producto local copa el protagonismo. Así, destacan elaboraciones como la manteiga o la tosta de anchoa.
Para continuar, la familia de O´Pazo guía al comensal al comedor principal, donde continúa el viaje por los paisajes gallegos a través de las creaciones de Óscar. Elaboraciones como su versión del pimiento (calamar e pemento), asado en tres tipos de técnicas de asado y servido sobre base de calamar de la Ría de Arosa; o su versión del raxo gallego (Porca da Casa e Xema), elaborado con cerdos de su ganadería, con más de 60 días de maduración y dos meses de curación en Koji, servido en finas láminas con yema de huevo y galmesano, el parmesano gallego. Le siguen platos como el centolo e ourizo; la vieira; el lumbrigante; cherna con repolo fermentado; o la chuleta de vaca rubia gallega, así como su selección de postres gallegos, con tentaciones como el xeado de iogurt con cabaza o el peido de lobo.
Completa la visita su selección de vinos, donde destacan botellas de culto de las cinco denominaciones de origen gallegas –Rías Baixas, Ribeiro, Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei–, así como una selección de vinos nacionales e internacionales fruto del trabajo de la sumiller Almudena Feal. En total, su bodega cuenta con más de 1.500 referencias, de las cuales más de 1.300 están en carta.