Tras la pasada comparecencia del Presidente del Gobierno el 28 de abril, y a la espera de la publicación en el BOE respecto a las medidas adoptadas para el sector de la hostelería, 130 hosteleros de Madrid, Barcelona y Zaragoza, que representan a 370 locales y emplean a más de 3.129 trabajadores, han firmado un comunicado en el que expresan su malestar con las medidas anunciadas.

En dicho comunicado, han manifestado la necesidad de que la Administración escuche las propuestas del sector para poder tomar decisiones que contribuyan a crear un clima de confianza que logre la reactivación del sector. Al mismo tiempo, han manifestado que las consecuencias del cierre de los establecimientos serán especialmente agresivas para los locales pequeños y con menor solvencia económica, al tiempo que la reducción de aforo y las inversiones para la adecuación de los establecimientos en la reapertura, van a generar una importante merma en la rentabilidad de los negocios, e incluso, la desaparición de muchos al no poder soportar dicha caída en el rendimiento.

Con el fin de paliar dichos efectos, los firmantes del comunicado han solicitado al Gobierno que se pronuncie respecto a la moratoria de los alquileres de local de negocio y que permita, en primer lugar, que los hosteleros sean reintegrados por la totalidad de los alquileres abonados a partir del Estado de Alarma; y en segundo lugar, que la exención del pago de los alquileres se prolongue hasta la reapertura de los locales de negocio, aun cuando esta se produzca en una fecha posterior a la del final del Estado de Alarma.

La hostelería española no puede abrir en las condiciones que propone el Gobierno, por lo que los establecimientos no abrirán hasta que las medidas adoptadas sean eficientes

Además, hacen referencia a la posibilidad de solicitar la aplicación de la cláusula “rebus sic stantibus” o “estando así las cosas”, en aquellas ocasiones en las que circunstancias extraordinarias hacen que, a una de las partes, le sea especialmente complicado el cumplimiento de su deber, lo que provoca que desaparezca o se difumine la base objetiva que dio en su día origen a la relación contractual. Dentro de dichas circunstancias extraordinarias se encuentra la pandemia, al tratarse de una situación sobrevenida, externa e imprevisible.

Por todo ello, los hosteleros proponen al Ejecutivo que favorezca que los arrendamientos de locales de negocios puedan proponer al arrendador una revisión de las condiciones mientras dure o haya durado la situación excepcional derivada de la declaración del Estado de Alarma, y que esto se pueda extender también a otros proveedores y suministradores. Asimismo, solicitan que los Ayuntamientos contribuyan a paliar la crisis del sector preparando baterías de medidas de carácter fiscal de carácter inmediato, al tiempo que trabajan para impedir la destrucción del tejido productivo.

A su vez, también demandan que el Gobierno les garantice la posibilidad de continuar en las condiciones que garantiza la figura jurídica del ERTE por fuerza mayor por hasta que el sector de señales de recuperación en el corto y medio plazo, al tiempo que solicitan que el Ejecutivo garantice y facilite la realización de tests de diagnóstico a todos los profesionales del sector, al considerar que la reincorporación de dichos trabajadores a sus puestos puede suponer un riesgo para la salud pública si antes no se asegura que dicha incorporación se realiza en condiciones óptimas de seguridad e higiene.

Ante esta situación, han querido comunicar que la hostelería española no puede abrir en las condiciones que propone el Gobierno y por ello los hosteleros no abrirán sus establecimientos hasta que las medidas adoptadas sean eficientes y contribuyan a la reconstrucción de un sector que aporta más del 7% del PIB de nuestro país, permaneciendo cerrada hasta entonces.

Por último, cabe mencionar que entre las firmas de este comunicado destacan grupos hosteleros de la talla de Grupo Larrumba, Grupo el Paragüas o Pastelerías Mallorca, en Madrid; Grupo Verbena (Ginger/Garbo/Gonzo), Grupo Marengo y Grupo los Cabezudos, en Zaragoza, o Restaurant B-ONE Palau del Mar, de Michele Bertoluzzi, en Barcelona.