En el corazón de Boadilla del Monte, Tinglado, reabre sus puertas con una carta completamente actualizada y un nuevo diseño interior. Tinglado reinterpreta el concepto de las clásicas brasseries parisinas bajo una mirada contemporánea que pone en valor el producto y también la tradición culinaria.

Para abrir boca, bocados con sabor a mar como la zamburiña a la brasa con vinagreta de avellanas, el carabinero a la brasa y la exquisita ostra Gillardeau nº5. Destacan creaciones como la gilda de steak tartar, el brioche de anchoa 00 con mantequilla de oveja y la croqueta de chorizo ibérico con huevo de codorniz. También el sándwich de roast beef con mojo picón o la hamburguesita de wagyu con queso Arzúa y mermelada de pepinillos.

Tinglado reinterpreta el concepto de las clásicas brasseries parisinas bajo una mirada contemporánea que pone en valor el producto y también la tradición culinaria

En los entrantes, los huevos camperos fritos se ofrecen con seis acompañamientos distintos, desde jamón ibérico 100% hasta el bogavante o caviar osetra. Le siguen platos como los chipirones a la brasa con bilbaína, burrata con escalivada, atún rojo al estilo Niza y la imperdible ensaladilla “de mi madre” acompañada de huevo frito y jamón ibérico. El mar está presente en los pescados, con joyas como la lasaña de centollo con bechamel de coral, las albóndigas de merluza y gamba roja, o el arroz meloso con bogavante para compartir.

En el apartado de carnes, conviven las chuletitas de cordero al tomillo con el boeuf bourguignon, el entrecot Café de París o el lomo bajo a la brasa. El steak tartar, preparado en mesa, puede coronarse con caviar osetra para los paladares más sibaritas.

Las guarniciones no son un mero acompañamiento, sino pequeñas creaciones por derecho propio: desde unas patatas fondant elaboradas con mimo, hasta unos espárragos a la brasa con holandesa, pasando por un triunfal puré trufado. El carro de postres es un homenaje al clasicismo goloso, con propuestas como la consagrada tarta árabe, la banoffee o una refrescante tarta de merengue y lima.

Los fines de semana cuando cae la noche, el espacio cobra vida, con una programación de actuaciones vocales en directo, una iluminación intimista y una carta de cócteles diseñada para disfrutar sin prisa.

El espacio también acompaña esta evolución. Con una decoración renovada que evoca la calidez de los bistrós franceses, Tinglado juega con materiales nobles, iluminación cálida y una distribución que favorece la comodidad.