Revista
Los Vinos Singulares de Viña Pomal amplían su gama de edición limitada para 2016 con dos vinos blancos: un tempranillo reserva y uno de variedad casi extinguida en la zona, la maturana. Los dos nuevos blancos se unen a los otros dos tintos de la colección, lanzados en 2012, compuesta por un garnacha y un graciano.
Tempranillo Blanco Reserva 2013. La variedad tempranillo blanco se encontró hace unos años como una alteración natural del tempranillo tinto, localizada en 1988 en Murillo del Río Leza. Recientemente se autorizó su plantación, y por eso en Viña Pomal han querido empezar a estudiar su potencial. La consideran una variedad adecuada para zonas frescas, con una maduración precoz. “A la expresión fresca de flores blancas y cítricos, sumamos la complejidad del envejecimiento en barricas de roble“ indica el enólogo Diego Pinilla.
Tras la maceración de ocho horas con los hollejos, se lleva a cabo la fermentación en barrica (15º C), trabajando con batoneados durante los primeros cuatro meses. Tiene una crianza total de doce meses en barricas de roble francés nuevo y americano de un uso, y una crianza mínima en botella de doce meses. Edición limitada a 900 botellas.
Maturana Blanca 2014. A la maturana blanca también se la conoce por el nombre de ribadavia. Se aprobó su uso en la DOC Rioja en 2007, aunque es la variedad más antigua de la que se tiene conocimiento escrito en Rioja, pues se cita ya en 1622. Es una variedad de buena fertilidad, presenta un racimo pequeño y bayas elípticas, también de tamaño pequeño. Es precoz en su desarrollo y es destacable por su bajo pH, con alto contenido en ácido tartárico y bajo en potasio. Presenta el inconveniente de su alta sensibilidad a la botrytis, por lo que la fermentación es espontánea en barricas de roble americano nuevas. Trabajo de lías durante tres meses y, posteriormente, se crió en roble francés durante cuatro meses. Edición limitada a 1.500 botellas.
Los Vinos Singulares de Viña Pomal, fruto de la experimentación e innovación del equipo de Bodegas Bilbaínas, son el resultado de años de esfuerzo del equipo de la centenaria bodega riojana por plasmar la singularidad de cada uva y cada terruño.
Los cuatro vinos de la colección son fruto de microvinificaciones de parcelas únicas, originados tras probar nuevas variedades, nuevas microzonas y tras la experimentación de la que se benefician el resto de gamas de Bodegas Bilbaínas. Todos son vinos de edición limitada, de aquellas variedades que el enólogo de Viña Pomal, Diego Pinilla, considera que poseen la calidad óptima para sorprender en el mercado.