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La nueva sede de Taberna Arzábal, ubicada en el Museo Reina Sofía de Madrid, se adelanta a la primavera y vence la batalla contra las bajas temperaturas con una terraza acondicionada para el invierno. Sillones, mesas de madera y diferentes variedades de plantasdan vida a este marco en el que disfrutar al sol de algunos de los platos más demandados de su carta o tomarse la primera copa bajo las estrellas.
Destacan dentro de su oferta las croquetas de ibérico de Arturo Sánchez con leche de oveja, la sartén de huevos con trufa o las piparras fritas. La bullabesa de pescado y marisco, el ciervo asado en salsa de chocolate y frutas ácidas o la presa de costra con sobrasada son algunas de las nuevas propuestas que triunfan en el restaurante durante esta temporada. Una carta que, en terraza, se amplia para poder degustar, además, de carne, pescado y verduras de temporada cocinadas a la brasa.
Este nuevo espacio en el museo madrileño se une a otros tres restaurantes creando una fórmula que ha consagrado a Arzábal como un valor al alza dentro de la oferta gastronómica madrileña.
Sus creadores, Álvaro Castellanos e Iván Morales, diplomados en la Escuela de Hostelería de Casa de Campo, comienzan su andadura profesional en 2009 con la apertura de Taberna Arzábal. Un pequeño local que en pocos meses consigue alzarse con el premio al restaurante revelación por la Guía Metrópoli. Ahora la familia crece y a este inicial se suman el Club A (2013), Lovnis (2015) y la próxima apertura del restaurante del Museo Reina Sofía.