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El Grupo Lamucca abre su primer restaurante fuera de Madrid con Lamucca del Mar, un nuevo espacio gastronómico frente al mar ubicado en el edificio del puerto de El Molinar, en Palma. El local, reformado del puerto, deja pasar la luz entre maderas claras, textiles suaves y guiños marineros —como el pañuelo rojo que luce el equipo— que evocan tradición y aire libre.
El diseño de Lamucca del Mar refleja el alma del proyecto: respeto por el entorno, sencillez consciente y orgullo por lo local. Se ha apostado por una decoración sobria, sin estridencias, donde los materiales nobles —como la madera, el hierro, el latón o el travertino— conviven con la arquitectura tradicional del edificio, que se abre al Port Petit, el puerto más antiguo de Baleares y segundo de España.
Muchas de las piezas de mobiliario han sido diseñadas a medida por artesanos mallorquines, como los marmolistas Toni y María de Art en Pedra, los herreros Pedro y Gabriel, de Metal Ferro Balear, o los carpinteros Luis y Pancho, de Only Woods. La iluminación técnica ha sido proporcionada por Socías y Rosselló, mientras que las luminarias decorativas, diseñadas por la artesana Tonia Fuster desde su Studio Islas, aportan calidez y sentido de lugar con su serie exclusiva “Arenisca”, creada especialmente para el restaurante.
También el exterior ha sido intervenido con mimo y visión artesanal: el paisajismo de Gabi de Medgardens se integra con jardineras y bancos de mares —la piedra local por excelencia— diseñados y ejecutados a mano por Fabrizio de Studio Aurea, que delimitan la terraza frente al paseo marítimo. El proyecto de interiorismo y la dirección de obra han estado a cargo de la interiorista mallorquina Eva Quintana.
Por su parte, la carta rinde homenaje al mar, la tierra y la brasa. Entre los entrantes, destacan la ostra Speciale Sorlut con salsa Nam Jim, la ensaladilla rusa con gambones que reivindica la tradición popular o las anchoas 00 sobre brioche ahumado. Platos como las rabas de calamar del Cantábrico con mayonesa de lima, el pulpo a la parrilla con emulsión de patata o el arroz negro a la llauna con mayonesa de fonoll marí, llevan la mirada al mar. La tierra también tiene su espacio: arroz de pato a la llauna, steak tartar con tuétano a la brasa y un chuletón de vaca madurada 40 días completan esta propuesta.
La carta de vinos combina referencias mallorquinas con etiquetas de otras tierras y la coctelería, apuesta por clásicos bien ejecutados.