Tras el 'slow life' y el 'slow food', nace el término 'slow restaurant', creado por el restaurante Grop, ubicado en l' Escala, en el centro de la Costa Brava, porque en su local “está prohibido mirar el reloj” y lo que prima es disfrutar de su gastronomía frente al mar y de una decoración industrial especialmente cuidada.

Al frente del local se encuentra Carmen Gutiérrez, profesional de la restauración desde hace más de diez años, quien no ha querido colocar ningún aviso del tiempo en sus paredes. “Se trata de una práctica para los cinco sentidos. No puedes ponerle límites a la experiencia de estar frente al mar, una gastronomía de vanguardia y una decoración industrial porque no existen estos lugares tan mágicos en ninguna parte. Vivir pegado a un reloj te hace vivir rápido y no disfrutar del momento”.

La responsable de este proyecto explica que la zona donde se encuentra el restaurante es “un lugar mágico” para l´Escala. “Antes sólo había bares y ahora, después del año que llevamos aquí, se han activado todos. La verdad que hemos revolucionado l´Escala dentro del ámbito de la restauración”, concluye Gutiérrez.

El 'savoir faire' es el estandarte de este local. Su filosofía de "cuidar y mimar a cada uno de sus clientes" es el ingrediente fundamental de su oferta gastronómica. Su carta va desde arroces y pastas, a pescados como el bacalao con rodajas de manzana y cebolla confitada. También incorpora ensaladas, entre las que destaca la de espinacas, parmesano y virutas de jamón, aliñada con aceite de oliva y reducción de vinagre balsámico; así como tapas y postres caseros elaborados por el Chef Stephane Vidal.

Por otro lado, Grop dispone de una terraza, ya inaugurada por el inicio de la temporada alta, en el que el cliente puede tomar un espumoso o combinado veraniego a pocos metros de la playa.