Formentor es, desde 1956, una referencia entre las pastelerías artesanas y los comercios tradicionales de Madrid. Un obrador de toda la vida del que, además de sus famosas ensaimadas, salen hojaldres, otras especialidades de temporada de la capital y alta repostería. Su filosofía es que todo lo que se prepara esté al nivel de excelencia de su especialidad, la ensaimada. En Navidades, sus dos establecimientos (C/ Hermosilla, 81 y C/ Santa Engracia, 62) se engalanan, decorados para presentar sus reconocidos productos. 

En Formentor señalan que su secreto se resume en usar "la mantequilla más adecuada, la harina con la fuerza justa y el agua de azahar de Luca de Tena de Sevilla"

El roscón de Reyes de Formentor es el responsable de que, en estas fechas haya extensas colas a las puertas de los obradores. Los miles de roscones que elaboran (con nata, con trufa, con crema o sin nada más que el brioche decorado con frutas y almendras) son responsables de que cada año estén entre los mejores de los rankings de la capital. En Formentor señalan que su secreto se resume en usar "la mantequilla más adecuada, la harina con la fuerza justa y el agua de azahar de Luca de Tena de Sevilla".

A los afamados roscones, se suman, entre otras creaciones navideñas como polvorones, mantecados, troncos navideños, figuritas de mazapán, guirlaches y su selección de turrones frescos de elaboración propia. Además, en estas fechas venden sus galletas para colgar en el árbol, arbolitos hechos de pasta y un buen número de paquetes de regalos.

En esta oferta navideña se incluyen también especialidades con rellenos salados como las bandas de hojaldre rellenos de boletus, escalivada, gambas, espinaca y huevo; empanadas de carne o atún y hojaldritos. Y postres, como la piña flambeada con Cointreau, crema pastelera, merengue y troncos de navidad, de nata y trufa con decoraciones navideñas, de yogur con frutos rojos o de turrón con mousse de marrón glacé.