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La hostelería espera una campaña de verano con ritmo de crecimiento menor al que ha tenido en años anteriores, marcados por la recuperación de la pandemia, por lo que pronostica un incremento de la facturación no superior al 5% con respecto al mismo periodo de 2024, según apunta Hostelería de España.
En los primeros meses del año, la facturación hostelera muestra una tendencia de moderación en el crecimiento hacia una recuperación de su ritmo de crecimiento habitual, después de los fuertes crecimientos de los años anteriores por la reactivación de la actividad postpandemia. Supone un crecimiento en los dos primeros meses del año de un 4,6% anual, frente al 10% de los mismos meses del año anterior. En restauración, el alza es de un 3,2% (frente al 8,5%) y en alojamiento de un 8,2% (14,2%). Estos datos demuestran una fortaleza del consumo asociado a la actividad turística y una ralentización en los consumos a diario de los residentes. Baleares, junto con Castilla-La Mancha y Asturias muestran los mayores impulsos en los primeros meses del año, respecto a 2024.
Estos datos demuestran una fortaleza del consumo asociado a la actividad turística y una ralentización en los consumos a diario de los residentes. Baleares, junto con Castilla-La Mancha y Asturias muestran los mayores impulsos en los primeros meses del año, respecto a 2024
Con relación al empleo, ya en el mes de mayo se ha alcanzado 1,96 millones de trabajadores, cifra récord para el mes de mayo; igualando el máximo histórico de contratación alcanzado en los meses de julio y agosto del año pasado, lo que hace pensar que en los meses estivales de este año se alcanzará la barrera de los 2 millones de trabajadores. Hasta el mes de mayo se han creado cerca de 300.000 puestos de trabajo.
Factores como la capacidad de ahorro de las familias, la contención de los precios, y el tirón de la demanda en la temporada de verano, así como las buenas previsiones del sector turístico, especialmente el extranjero, hacen prever una temporada estival de récord tanto en facturación como en empleo, aunque con pérdida de rentabilidad de los negocios.
Por otro lado, la progresiva desestacionalización hace que las subidas durante los meses de verano sean más moderadas que en años anteriores. Además, se observa una tendencia hacia un aumento del consumo turístico más alto en zonas de clima más templado y mayor moderación en las de climas más cálidos.
Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el sector es la pérdida de rentabilidad debido al aumento de los costes productivos y el ajuste en la demanda de los consumidores. También, según Hostelería de España, la reducción de la jornada laboral se percibe como un frente de adaptación para un sector que en un 95% está compuesto por empresas de menos de 10 trabajadores, “complicando la adaptación de las plantillas a esa nueva jornada, lo que podría suponer una modificación en los horarios de apertura y cierre de la hostelería, además de ser una intromisión sin precedentes en la negociación colectiva, un modelo que lleva funcionando décadas y garantiza el orden social”, señalan.
Para Hostelería de España, “el colapso sanitario que alarga diagnósticos y pruebas debería resolverse de manera prioritaria por parte de las administraciones, ya que muchas veces prolonga situaciones de incertidumbre para el propio trabajador. Este aspecto está ocasionando graves problemas en el tejido productivo en todos los niveles, ya que además de incrementar los costes de las empresas, genera una situación de malestar en el ambiente laboral entre los compañeros. Esto es especialmente grave en las pymes y micro pymes, donde cubrir esas bajas es muy complicado y repercute en el buen funcionamiento de los negocios”, destacan.
Aspectos como la distribución urbana de mercancías (DUM) o el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) en el que la hostelería ha conseguido la voluntariedad de los establecimientos como puntos de entrega o la futura implantación del Verifactu, son aspectos clave para la organización de los negocios en el corto plazo.
Por último, Hostelería de España señala que “la contribución de bares, restaurantes, cafeterías y locales de ocio nocturno en la conformación de las ciudades y su contribución a mantener las calles vivas, con modelos de terrazas que contribuyan a mejorar el paisaje urbano y la convivencia vecinal”.