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En el corazón de Manhattan, The Chemists’ Club Hotel reabre sus puertas convertido en un hotel boutique tras una profunda transformación llevada a cabo por Ilmiodesign. El estudio de arquitectura e interiorismo liderado por Andrea Spada y Michele Corbani ha abordado este proyecto con una mirada respetuosa y contemporánea.
La intervención combina el valor patrimonial del inmueble con una narrativa visual, donde el diseño interior se convierte en una herramienta para contar historias: las de los pioneros químicos, farmacéuticos e investigadores científicos que alguna vez caminaron por sus pasillos, y la de un Nueva York que evoluciona sin perder su esencia.
La intervención combina el valor patrimonial del inmueble con una narrativa visual, donde el diseño interior se convierte en una herramienta para contar historias: las de los pioneros químicos, farmacéuticos e investigadores científicos que alguna vez caminaron por sus pasillos, y la de un Nueva York que evoluciona sin perder su esencia
El hotel ofrece 107 habitaciones y suites, entre las cuales destaca la Suite Alchemy, un generoso espacio que invita a la reflexión y se distingue por ser la única habitación de estilo neogótico del edificio. También es reseñable la Suite Penthouse, ubicada en la planta 12, que fue en su origen la biblioteca del club y albergaba más de 36.000 volúmenes. Con una superficie de 89 metros cuadrados, este refugio urbano privado cuenta con una amplia sala de estar, un comedor independiente y una chimenea, todo con acceso a una terraza de 55 metros cuadrados con vistas de Manhattan.
La iluminación es cálida y acogedora, acompañada de una paleta cromática sofisticada. Se juega con acentos de color, mediante tonos intensos en azul, verde y rojo, siempre combinados con dorados metálicos y contrastes en blanco y negro. Ilmiodesign ha creado una interesante mezcla de texturas, geometrías y volumetrías, con la incorporación de tapizados en tejidos aterciopelados y mobiliario de madera con patas ligeras metálicas.
“Este proyecto ha sido especialmente emocionante para nosotros porque nos ha permitido sumergirnos en una faceta poco conocida de la historia de Nueva York. La atmósfera vibrante de The Chemists’ Club Hotel nace del respeto profundo por su legado, del diálogo con la elegancia atemporal y del deseo de celebrar el ingenio humano a través del diseño”, señalan Michele Corbani y Andrea Spada, socios fundadores de Ilmiodesign.